Comunicador Social-Periodista
Una ruteadora es un equipo imprescindible en la caja de herramientas y taller de todo aquel que se llame fanático de la carpintería y se dedique a esta, ya sea como hobby o como medio de vida.
La ruteadora, también llamada fresadora, pertenece a la categoría de las herramientas de labrado, es decir, de aquellas que entran en juego en el proceso de acabado de nuestros proyectos carpinteros.
Esta máquina sirve, esencialmente, para recortar la madera con precisión en la forma que se desee, sea recta, curva u ondulada. También puede ser usada para hacer perforaciones o grabados en la madera, esto ya depende del tipo de ruteadora que se tenga y el trabajo que se desee hacer.
La broca con la que corta se llama “fresa”, de ahí que a este equipo se le llame también “fresadora”. Existen muchos tipos de ruteadoras, desde las más sencillas, que no necesitan de un esfuerzo muy grande para sostenerlas, hasta las computarizadas y automáticas, ideales para negocios y hasta trabajos industriales.
Para usar esta máquina debemos seguir ciertas recomendaciones: fijarla bien a la mesa para garantizar un corte exacto y preciso, afilar bien la fresa y asegurarse de que esté bien puesta en la máquina para reducir riesgos y evitar daños en la madera.
Es muy importante tener paciencia a la hora de usar una ruteadora, la clave del éxito al usarla es avanzar despacio, pero constante; sin prisa, pero sin pausa. Si es la primera vez que vas a usar una máquina de estas te recomendamos también que ensayes en una madera que no temas dañar hasta que domines su funcionamiento y luego de eso: ¡a trabajar!
Si quieres saber más sobre esta y otras herramientas de carpintería te invitamos a conocer nuestra serie de Procesos de Transformación de la Madera con nuestro Profe Don Héctor aquí.
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